El derecho al olvido en la era de la inteligencia artificial
La interacción entre el derecho a la privacidad y las tecnologías avanzadas, como la inteligencia artificial generativa, presenta desafíos inéditos. El derecho al olvido, desarrollado en el ámbito europeo, cobra relevancia debido a la capacidad de los sistemas de IA para recopilar, almacenar y utilizar datos personales de manera masiva. Este artículo analiza las implicaciones legales y éticas de este derecho en el contexto de la IA, así como su marco normativo y la necesidad de adaptación frente a estas tecnologías.
El derecho al olvido, como parte del derecho a la protección de datos, está reconocido en el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD). Este derecho permite a los individuos solicitar la eliminación de sus datos personales cuando ya no sean necesarios o su tratamiento sea ilícito, equilibrando así la privacidad con el acceso a la información. Sin embargo, este derecho enfrenta desafíos importantes en la era de la inteligencia artificial, especialmente con los grandes modelos de lenguaje (LLMs) como ChatGPT, que procesan enormes volúmenes de datos públicos y generan contenido que puede incluir información personal obsoleta. La dificultad para eliminar estos datos una vez entrenados subraya la necesidad de adaptar el derecho al olvido para garantizar su eficacia en un entorno digital en constante evolución.
El marco jurídico: RGPD y el Reglamento de Inteligencia Artificial
El Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) es el principal instrumento jurídico que regula la protección de datos personales en la Unión Europea. Este marco establece principios clave como la limitación de la finalidad y la minimización de datos, los cuales buscan garantizar que solo se recolecten y traten los datos estrictamente necesarios para fines específicos. En este contexto, el artículo 17 consagra el derecho al olvido, permitiendo a los interesados solicitar la eliminación de datos cuando ya no sean necesarios, el tratamiento sea ilícito o la información deba suprimirse para cumplir una obligación legal. Este derecho, aunque crucial para proteger la privacidad, también reconoce límites como la prevalencia de la libertad de expresión o el interés público.
El Reglamento de Inteligencia Artificial (UE 2024/1689) complementa al RGPD al regular específicamente los sistemas de IA. Este reglamento se enfoca en garantizar que estas tecnologías respeten los derechos fundamentales, promoviendo una inteligencia artificial ética y centrada en el ser humano. Para ello, clasifica los sistemas de IA según su nivel de riesgo, imponiendo mayores restricciones a aquellos de alto impacto, como los utilizados para identificación biométrica. Además, introduce requisitos de transparencia y explicabilidad, exigiendo que los desarrolladores informen claramente sobre cómo funcionan los sistemas, qué datos utilizan y qué derechos tienen los usuarios.
Ambos reglamentos se complementan para enfrentar los retos de la IA en la protección de datos. Mientras el RGPD define principios generales, el Reglamento de IA establece medidas técnicas para aplicar derechos como el de supresión en un entorno tecnológico avanzado. Sin embargo, implementar soluciones que permitan a los sistemas de IA «olvidar» datos específicos sigue siendo un desafío clave para proteger la privacidad en la era digital.
Desafíos del derecho al olvido en la inteligencia artificial
Los grandes modelos de lenguaje (LLMs) como ChatGPT representan avances en el campo de la inteligencia artificial generativa. Sin embargo, su capacidad para procesar y generar contenido plantea desafíos críticos en la protección de datos personales y el respeto del derecho al olvido. Estos modelos, al operar con cantidades masivas de datos y algoritmos complejos, enfrentan problemas relacionados con la eliminación de información, la generación de contenido inexacto y la falta de transparencia en su funcionamiento.
A continuación, se analizan tres aspectos clave que evidencian estas dificultades y sus implicaciones legales.
- Persistencia de los datos en LLMs: los modelos de IA generativa, al ser entrenados con grandes volúmenes de datos, enfrentan dificultades para eliminar información personal de forma retroactiva. Aunque técnicas como el desaprendizaje de máquinas están en desarrollo, aún no garantizan una implementación completa y efectiva del derecho al olvido.
- El problema de las alucinaciones: además de almacenar datos personales, estos modelos pueden generar contenido erróneo o ficticio. Esta capacidad plantea un riesgo adicional, ya que una «alucinación» puede involucrar información sensible de individuos, generando implicaciones legales y reputacionales graves.
- Transparencia y control: tanto el RGPD como el Reglamento de Inteligencia Artificial destacan la importancia de la transparencia. Sin embargo, la complejidad técnica de los LLMs dificulta que los usuarios comprendan cómo sus datos son procesados, almacenados y utilizados, lo que complica su capacidad de ejercer derechos como el de supresión.
Para abordar estas problemáticas, es importante avanzar en tres direcciones:
- Tecnologías de supresión de datos: la implementación de algoritmos que permitan a los sistemas de IA olvidar selectivamente información es crucial. Este enfoque garantizaría que el derecho al olvido se extienda a los modelos de IA sin afectar su capacidad para generar contenido útil y relevante.
- Evaluaciones de impacto: tanto el RGPD como el Reglamento de Inteligencia Artificial exigen evaluaciones de impacto para identificar y mitigar riesgos relacionados con la privacidad. Estas evaluaciones deben ser un requisito previo al desarrollo y despliegue de LLMs, permitiendo identificar posibles vulneraciones del derecho al olvido.
- Colaboración multidisciplinaria: la convergencia de expertos legales, desarrolladores de IA y organismos reguladores es esencial para diseñar soluciones prácticas y éticas que cumplan con los principios normativos europeos.
El derecho al olvido es un pilar esencial para proteger la privacidad de los ciudadanos en la era digital. Sin embargo, su aplicación enfrenta retos significativos en el contexto de la inteligencia artificial generativa. La evolución de las normativas, como el Reglamento de Inteligencia Artificial, y el desarrollo de nuevas tecnologías orientadas a la supresión de datos son pasos fundamentales para garantizar que este derecho se respete en un entorno tecnológico en constante cambio.
La interacción entre la privacidad y la innovación tecnológica requiere un equilibrio delicado. Al proteger derechos fundamentales como el derecho al olvido, no solo preservamos la dignidad y la autonomía individual, sino que también sentamos las bases para un futuro en el que la inteligencia artificial sea una herramienta al servicio de la humanidad, y no un riesgo para sus valores fundamentales.
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