Financiación de startups: rondas de inversión vs financiación bancaria
Que una startup necesite capital para crecer no es un misterio. Por su propia naturaleza, estas sociedades requieren fondos para desarrollar su plan de negocios.
Antes de analizar las ventajas y desventajas de las distintas opciones, hay dos cuestiones que quiero destacar:
- La primera es que no son las únicas fuentes de financiación a las que una startup puede acudir. De hecho, la financiación pública puede ser clave para el crecimiento de una compañía. Desde programas como ENISA o NEOTEC hasta ayudas, subvenciones y préstamos en condiciones ventajosas, los fundadores deben valorar todas las opciones disponibles, no solo a nivel nacional, sino también a nivel regional y de programas específicos orientados a ciertos sectores.
- En segundo lugar, cabe señalar que no existe una fórmula mágica: cada startup debe analizar cuidadosamente la opción de financiación que mejor le convenga. Hay empresas que, por su sector o modelo de negocio, pueden crecer de manera orgánica haciendo bootstrapping, mientras que otras necesitan una inyección de capital significativa que solo pueden obtener a través de inversores que crean en su proyecto.
Ahora bien, entrando en materia, podemos considerar dos niveles de análisis: el económico y el estratégico/mercantil.
El análisis económico se basa en las condiciones del capital obtenido (plazo de devolución, interés, etc.). Desde este plano, es relativamente sencillo para los fundadores evaluar qué opción les resulta más atractiva, pues los criterios son puramente objetivos.
El análisis estratégico/mercantil es mucho más complejo y depende de la situación particular de cada startup. Habrá casos en los que, debido a su reciente creación, la startup tenga dificultades para acceder a financiación bancaria sin tener que ofrecer avales personales (algo que se debe evitar si es posible). También puede ocurrir que un inversor, en una fase pre-seed, aporte no solo capital, sino también experiencia y conexiones valiosas, lo que puede ser especialmente útil para equipos fundadores noveles. Además, podría tratarse de un socio industrial que facilite recursos, como capacidades de fabricación para el desarrollo futuro.
Sin embargo, esta inversión generalmente implica la entrada del inversor en el capital social, acompañada de condiciones específicas establecidas en un pacto de socios. Este documento incluirá cláusulas que regulen la relación con el inversor y, tras negociaciones, puede incorporar derechos que protejan los intereses del inversor, como el derecho de salida preferente o preferencias en el reparto de dividendos o en caso de liquidación.
Este aspecto no es necesariamente negativo: lo importante es que las reglas del juego estén claras. En ocasiones, recurrir a una ronda de inversión permite a los fundadores captar una suma importante a una valoración pre-money adecuada, lo que impulsa a la sociedad hacia nuevas metas. Además, la entrada de socios con renombre en el sector puede proporcionar un respaldo valioso para el crecimiento.
Por ello, recomendamos a las startups realizar una evaluación cuidadosa de la financiación que necesitarán no sólo a corto plazo, sino también a medio plazo, en línea con su plan de negocio.
Asimismo, deben valorar cuidadosamente las fuentes de financiación disponibles y diseñar una estrategia que combine las opciones que mejor encajen con las necesidades de la compañía.
Si se opta por una ronda de inversión, será clave preparar un buen deck de inversión y contar con un pacto de socios que permita negociar las condiciones de la inversión. Es importante dejar claros todos los términos en una nota convertible o en el Term Sheet de inversión. En este blog hemos cubierto ampliamente estos temas y recomendamos revisarlos si estáis interesados en profundizar.
De esta forma, el equipo promotor estará mejor preparado para afrontar con éxito el reto de financiar la compañía.
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