Necesidades del RGPD, actualizaciones tras su publicación

Necesidades del RGPD, actualizaciones tras su publicación

Desde redacción del Reglamento (UE) 2016/679 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 27 de abril de 2016, relativo a la protección de las personas físicas en lo que respecta al tratamiento de datos personales y a la libre circulación de estos datos por el que se derogó la Directiva 95/46/CE (en adelante “Reglamento General de Protección de Datos” o “RGPD”) allá por el año 2016 y su posterior entrada en vigor en el año 2018, son diversos los avances que se han ido sucediendo.

El imparable avance de las nuevas tecnologías que afecta a numerosos campos, ramas y aspectos de la vida de los ciudadanos, también influye en materia de privacidad.

Son varias las voces que se han ido alzando los últimos tiempos que hacen referencia a la obsolescencia de las normas reguladoras en materia de protección de datos. En concreto y en ámbito europeo, el Reglamento General de Protección de Datos.

El Reglamento General de Protección de Datos puede haber quedado obsoleto

Personas como Axel Voss, que es uno de los padres del Reglamento General de Protección de Datos además de parlamentario europeo del partido UCD de Alemania, opinan acerca de la obsolescencia de esta norma.

A pesar de su entrada en vigor apenas 3 años más tarde, dicha norma requiere de actualizaciones que se adapten a las modificaciones de los tiempos más recientes.

En ningún caso la mencionada norma prevé los supuestos que se encuentran en auge en este momento como es el caso del blockchain, el reconocimiento facial, el minado de datos, el reconocimiento por voz o incluso la inteligencia artificial. Todos estos puntos han ido avanzando con posterioridad a las publicaciones del Reglamento sin que pudiera preverse su auge por lo que es necesario responder a la innovación que surge continuamente y o continuar con los principios que pudieron inspirar en la redacción del Reglamento General de Protección de Datos que no responden a la época más actual.

Los cambios producidos debido al COVID-19 también afectan a esa obsolescencia

Debido a la pandemia generada por el virus de la COVID-19, son numerosos los cambios que se han vivido respecto a la forma de trabajo de las empresas, obligando a la digitalización de muchas de ellas.

El teletrabajo ha llegado para quedarse en muchas de esas compañías, lo que supone que los ciudadanos y usuarios tengan que estar gestionando desde sus propias casas una gran cantidad de datos, encontrándose solos a la hora de gestionar una serie datos personales que no siempre resultan fáciles de comprender.

Situaciones como la actual de pandemia ponen a prueba la capacidad del mundo. En concreto, en lo que respecta al RGPD a Europa, para poder preservar la privacidad de todos los ciudadanos y usuarios en esta nueva normalidad, como pueden ser los casos de la toma de temperatura ya sean lugares públicos o privados, el uso de cámaras térmicas o aplicaciones de rastreo, entre otras cuestiones.

Por ello, es conveniente que normas como el Reglamento General de Protección de Datos sean revisadas con detalle; en especial en épocas de tantos cambios y avances continuos.

Retos futuros en materia de protección de datos

Como ya se ha mencionado, el Reglamento General de Protección de Datos no regula situaciones actuales o no prevé situaciones futuras; requiriéndose dicha actualización.

Así, cada vez un mayor numero de datos que sean recopilados o tratados, no proveerán de los obtenidos de plataformas sociales o comercios como los electrónicos. Se tratará de datos obtenidos de los mismos dispositivos o sistemas o incluso de componentes industriales.

De cara a cubrir todas las necesidades que puedan ir surgiendo en materia de protección de datos, desde la Unión Europea deberán tenerse en cuenta estas nuevas realidades y avances para garantizar la mayor protección posible.