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Estructuras societarias internacionales: una opción para las startups

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Estructuras societarias internacionales: una opción para las startups

Estructuras societarias internacionales: una opción para las startups

Actualmente, en una economía globalizada, cada vez más emprendedores que se acercan a nuestra firma consideran la posibilidad de establecer una estructura internacional para sus compañías. Esta decisión puede ser un factor determinante en el éxito y crecimiento de sus negocios.

En muchos casos, los emprendedores simplemente desean constituir una sociedad en otro país, generalmente en Estados Unidos, para aprovechar las ventajas que este país ofrece. En estos casos, gracias a nuestra red de partners internacionales, podemos apoyarles en la constitución en el estado deseado y, con la ayuda de nuestros expertos en fiscalidad, asesorarles en todo lo relacionado con la tributación internacional.

Sin embargo, es cada vez más común que nuestros clientes nos presenten estructuras matriz-filial, donde la sociedad dominante, a menudo una Holding que es 100% titular de la filial (y en ocasiones de la propiedad intelectual e industrial del proyecto), está en un tercer país, mientras que la filial con los medios de producción está en España.

Esta figura se utiliza porque, desde la matriz, generalmente en EE.UU., se busca acceder al mercado anglosajón, establecer una valoración más alta para la compañía y captar inversores locales. Mientras tanto, en España se mantiene parte de la fuerza laboral y el desarrollo del proyecto, frecuentemente mediante un contrato de prestación de servicios (operación intragrupo). En este modelo, el producto resultante, ya sea un desarrollo protegido por propiedad intelectual y/o industrial, será titularidad de la empresa matriz, la cual abonará una contraprestación a la filial, siempre en términos de mercado. En ocasiones, la matriz otorga a la filial una licencia exclusiva para la comercialización del producto o servicio en el mercado nacional o europeo.

Determinar la estructura adecuada para una compañía o el momento ideal para plantearse una expansión no es sencillo y depende de múltiples factores, como las características de la propia sociedad, su producto y el mercado en el que opera. Por ejemplo, algunos clientes nos piden constituir una sociedad en un tercer país porque sus propios clientes les exigen, por cuestiones de facturación, tener una estructura societaria en ese país específico, especialmente cuando se celebran contratos con la administración pública.

Aunque el mercado puede estar segmentado, es esencial entender que es global o, al menos, divisible en bloques como el anglosajón, el europeo, el chino o el indio. Al final, la decisión dependerá de las necesidades específicas de la sociedad.

Es recomendable planificar con antelación si nuestra startup puede o no llegar a tener una estructura internacional. En ocasiones no es necesario ni deseable que la tenga, dependiendo de la naturaleza de la compañía. La planificación adecuada permitirá tomar decisiones correctas no solo por el órgano de administración, sino también, por ejemplo, en la negociación de futuros pactos con socios inversores. 

Recientemente estábamos negociando con un fondo de inversión que quería limitar la constitución de sociedades en el extranjero o el traslado de la propiedad intelectual de la sociedad fuera de España. A medio y largo plazo, esta era una de las posibles estrategias de negocio del cliente, por lo que nos sentamos a negociar con el fondo. De manera muy razonable, nos expresaron su preocupación de que la sociedad se estableciera en un paraíso fiscal o similar. Finalmente, se modificó la cláusula para dar tranquilidad al fondo, permitiendo al órgano de administración tomar la decisión de trasladar su sede social a un tercer país fuera de estos supuestos.

En resumen, los emprendedores deben planificar cuidadosamente su estructura societaria, valorando las ventajas e inconvenientes de cada opción, pero sobre todo, ajustándose a lo que consideren los mejores intereses de la compañía. Con esto en mente, deben dar los pasos necesarios para asegurar dicha posibilidad, que puede implicar aspectos societarios, de propiedad intelectual, protección de datos personales, y relaciones con los clientes. Una planificación estratégica y bien fundamentada será clave para el éxito y la sostenibilidad de la startup en el competitivo mercado global.

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