La AEPD y el supervisor europeo analizan los retos que supone el tratamiento de neurodatos

La AEPD y el supervisor europeo analizan los retos que supone el tratamiento de neurodatos

La Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) y el Supervisor Europeo de Protección de Datos (SEPD) han unido fuerzas para analizar los desafíos que plantea el tratamiento de neurodatos en la actualidad mediante la publicación de un informe al respecto. Los neurodatos, que son datos recopilados a partir de la actividad cerebral, representan un campo emergente con un enorme potencial, pero también con importantes retos éticos, legales y de privacidad.

En el citado informe queda de manifiesto cómo determinados usos de los neurodatos pueden interferir en los derechos y libertades fundamentales de las personas. Además, la AEPD y el SEPD proponen analizar más en profundidad la necesidad de crear nuevos derechos humanos denominados como “neuroderechos”. 

Descripción de los neurodatos

Los neurodatos son información obtenida a través de tecnologías neurocientíficas que monitorizan la actividad cerebral. Esto incluye datos provenientes de electroencefalogramas (EEG), resonancias magnéticas funcionales (fMRI), y otros dispositivos que capturan las respuestas del cerebro ante diferentes estímulos. Los neurodatos pueden ofrecer información sobre emociones, pensamientos, y estados mentales, lo que abre un abanico de aplicaciones potenciales en medicina, marketing, entretenimiento, y más.

De hecho, en los últimos años, se ha ido incrementando la tendencia de utilizar neurodatos en el sector del marketing, midiendo la reacción del cerebro humano ante anuncios o productos para estudiar, analizar y predecir el comportamiento de los consumidores.

Cómo afectan a derechos y libertades: principales retos

Los principales retos que acarrea el tratamiento de neurodatos incluyen, entre otros:

• Privacidad y protección de datos: uno de los mayores desafíos es la privacidad de los neurodatos. A diferencia de otros tipos de datos personales, los neurodatos pueden revelar información extremadamente sensible sobre el estado mental y emocional de una persona. Esto plantea la necesidad de un enfoque regulatorio riguroso para garantizar que estos datos no se utilicen de manera indebida o sin el consentimiento explícito de los individuos.
• Consentimiento informado: obtener el consentimiento informado para el uso de neurodatos es un aspecto crucial. Dado que la mayoría de las personas no tienen un conocimiento profundo de cómo funcionan las tecnologías neurocientíficas, existe el riesgo de que el consentimiento no sea completamente informado. La AEPD y el Supervisor Europeo están trabajando en la definición de mecanismos claros y comprensibles para que los ciudadanos puedan entender cómo se recopilan y utilizan sus datos cerebrales.
• Riesgo de discriminación y estigmatización: los neurodatos podrían ser utilizados para inferir características personales que podrían dar lugar a prácticas discriminatorias. Por ejemplo, en el ámbito laboral, podrían emplearse para evaluar la capacidad cognitiva de un empleado o candidato, lo cual puede llevar a decisiones injustas o sesgadas.
• Seguridad de la información: la seguridad de los neurodatos es un aspecto fundamental. Como datos altamente sensibles, su filtración o uso no autorizado podría tener consecuencias devastadoras para la privacidad de las personas. Los organismos de protección de datos están trabajando para desarrollar marcos legales y técnicos que garanticen la seguridad de estos datos.

Postura de la AEPD y el supervisor europeo

La AEPD y el Supervisor Europeo de Protección de Datos juegan un papel crucial en la creación de directrices y normativas para el tratamiento de neurodatos. Su objetivo es garantizar que estas tecnologías se desarrollen y utilicen de manera que respeten los derechos fundamentales de las personas, especialmente en relación con la privacidad y la protección de datos personales.

Ambas entidades están impulsando el debate y la investigación sobre cómo regular el uso de neurodatos de manera ética y legal. Esto implica la colaboración con expertos en neurociencia, ética, derecho, y tecnología para crear un marco que sea efectivo y adaptable a los rápidos avances en el campo de la neurotecnología.